El internet del valor
La apuesta de futuro de los inversores en criptomonedas o tokens de protocolos abiertos descentralizados es la confianza en que puedan disrumpir el actual modelo de negocio de las empresas establecidas del Internet de la Información o en la forma de operar de otras muchas industrias asentadas.
El reparto de valor, en este contexto, hace referencia a la figura que se va a llevar el beneficio en esta nueva estructura económica descentralizada. En el actual Internet de la Información ha sido la capa de aplicaciones -y empresas como Google, Facebook o Twitter, entre otras-, la que ha logrado crear valor, comercializando los datos de sus usuarios, a expensas de los protocolos que han permitido su nacimiento y desarrollo (como son TCP/IP, HTTP, SMTP). En muchos casos estas empresas eran de los pocos que tenían los recursos para innovar en la capa de protocolos, destinando parte de sus abultados beneficios a esta financiación.
Sin embargo, ahora, la apuesta de algunas grandes empresas de capital riesgo -como Union Square Ventures (USV) en EEUU que ya invirtieron en las grandes empresas de tecnología de éxito como Google-, es que en la nueva economía descentralizada podrían ser los protocolos los principales ganadores, tal y como explica Joel Monegro.
La apuesta es que en una economía descentralizada del Internet del Valor los tokens que permiten utilizar los protocolos abiertos acapararán el valor a expensas de las aplicaciones. Esta previsión toma forma con la expresión «Fat protocols» (Protocolos gordos) vs. «Thin apps» (capas de aplicaciones delgadas) como concepto para explicar la futura redistribución desde la capa de aplicaciones hasta la capa de protocolo.
¿Cómo funciona la economía descentralizada del Internet del Valor con la tecnología Blockchain?
Para que la economía descentralizada del Internet del Valor sea posible han tenido que pasar dos cosas. Por una parte la creación de la tecnología Blockchain, que es una base de datos descentralizada que no necesita de un administrador central, como son Bitcoin o Ethereum, y el segundo elemento es la criptomoneda o token criptográfico que hace falta para poder utilizar la Blockchain.
La ventaja de una base de datos abierta al público, descentralizada y pública -accesible a todo el mundo-, es que replica y almacena información de usuarios en una red abierta y descentralizada en vez de hacerlo de forma centralizada, tal como sucede hoy en día en la mayoría de las aplicaciones del Internet de la Información.
Las casas de cambio como aplicaciones del Internet del Valor de la tecnología Blockchain
Esto crea un ecosistema a nivel de aplicaciones mucho más rico, dinámico y competitivo. El ejemplo más gráfico que tenemos de esta situación es la facilidad con la que se puede cambiar de una casa de cambios de bitcoins -o cualquiera otra criptomoneda- a otra. La razón de que eso sea posible, a diferencia del sistema bancario tradicional, es que todas las casas de cambio tienen acceso a la misma información de transacciones y registros en la Blockchain y además de forma gratuita y actualizada.
El mundo de las casa de cambio de criptomonedas podría ser una muestra del futuro, en el que servicios y aplicaciones, que compiten entre ellos, son compatibles al construirse sobre los mismos protocolos, tal y como tuvo lugar en el Internet de la Información. Pero esta vez harán falta tokens para poder utilizar el Internet del Valor, circunstancia que podría provocar una redistribución del valor nueva y original.
Los inversores están acostumbrados a invertir en la capa de aplicaciones porque han aprendido que es ahí donde se concentra el valor pero el futuro podría ser diferente en un mercado de aplicaciones, en el Internet del Valor, más competitivo, incluso, que en el actual Internet de la Información.
Especulación e innovación como parte del Internet del Valor con la Blockchain
Cuando un token o una criptomoneda se revaloriza atrae la atención de curiosos, especuladores, desarrolladores y emprendedores. Al invertir su tiempo o dinero en el protocolo se convierten en accionistas del mismo y lo promueven.
Algunos de esos inversores invierten parte de los beneficios o de sus propios recursos para desarrollar servicios sobre el protocolo porque, en caso de que alguno de estos servicios tenga éxito, hará también que se revalorizen sus criptomonedas. Algunos de esos servicios tendrán éxito y atraerán más inversiones.
En fases más avanzadas, como la actual, los inversores de capital riesgo o inversores institucionales también empiezan a invertir en redes descentralizadas, lo que a su vez eleva el interés y curiosidad de más desarrolladores, inversores y emprendedores.
La especulación -palabra que en muchas ocasiones tiene connotaciones negativas en la sociedad,- es la que hace posible todo este ciclo virtuoso de innovación tecnológica, además de generar liquidez en el mercado. El protocolo Bitcoin y la mayoría de protocolos serios de éxito intentan mantener las emisión de nuevas criptomonedas previsible y limitada para recompensar a sus inversores iniciales y a veces la demanda y las expectativas de futuro son tan grandes que los precios se disparan como en una gran burbuja financiera.
En ese sentido el ciclo de especulación frenética y explosión de burbujas en el mundo de las criptomonedas y los protocolos descentralizados puede ser considerado un aspecto positivo para fomentar la innovación.
Lo interesante es que cuando empiezan a nacer aplicaciones de éxito se atraen nuevos usuarios al protocolo y los inversores que ya tomaron posiciones las mantienen a la espera de revalorizaciones de sus participaciones en forma de tokens o criptomonedas, reduciendo así la oferta de criptomonedas. El efecto es que el aumento de la capitalización de mercado del protocolo (número de criptomonedas emitidas x el precio de mercado por unidad) atrae a nuevos inversores y desarrolladores.
USV defiende que el efecto es la redistribución del valor en el Internet del Valor. Si se cumple esta previsión la capitalización de un protocolo crece más rápido que todas las aplicaciones juntas que hacen uso del protocolo, ya que el éxito de las aplicaciones acelera la popularidad del protocolo y fomenta la competencia en la capa de aplicaciones.
El resultado es un mercado altamente competitivo de aplicaciones en el que el valor podría concentrarse en la capa de protocolo. Así podrían convertirse los protocolos en acaparadores gordos del valor y las aplicaciones en víctimas de este hecho, porque comparten todas la misma base -hiper competitiva- pudiendo beneficiarse quizás de una parte más pequeña del valor en el futuro.
La apuesta es que de estas nuevas estructuras económicas nacerán las futuras «empresas», basadas en protocolos, con un potencial económico como las grandes compañías que operan en el Internet de la Información. Una de las diferencias importantes es que todos podremos invertir o especular desde el principio en ese nuevo ecosistema, a diferencia el Internet de la Información que lo limitaba a los grandes inversores institucionales hasta la salida a bolsa.
Una de las acciones de USV y Andreessen Horowitz derivado de este pensamiento ha sido invertir 10 millones de dólares en un fondo especializado únicamente en criptomonedas para participar en el ecosistema de los protocolos gordos.
Por otra parte USV ha sido de los más activos invirtiendo en protocolos que operan encima de Bitcoin o Ethereum con nuevas funcionalidades como Blockstack (para crear un Internet más descentralizado y renovado), Mediachain (para etiquetar activos digitales como fotografías en Internet) o OB1 (que desarrolla en protocolo Open Bazaar para crear un protocolo de comercio electrónico descentralizado).
Artículo en Oro y Finanzas
Alex Preukschat, autor de #libroblockchain
Me ha gustado este artículo, muchas gracias por compartirlo y sigue así.